miércoles, 28 de septiembre de 2016

DESAPARECIÓ A LOS 5 AÑOS Y VOLVIÓ A LOS 50 AÑOS DESPUÉS

Cuentan que hace muchos años, un matrimonio que vivía apartado en la montaña con su única hija, una pequeña de solo cinco años, pidió a la niña que fuera en busca de bayas del bosque para disfrutar de un delicioso postre. La niña emprendió el viaje, feliz con su cesta bajo el brazo. Pero al cabo de varias horas los padres se percataron de que su hija se demoraba demasiado en volver. Y en seguida emprendieron su búsqueda por el bosque.
Los padres estaban tremendamente preocupados por su hija y, al caer la noche, comenzaron a buscarla, primero la buscaron ellos solos y después precisaron la ayuda de sus vecinos más cercanos. Ninguno de ellos pudo encontrar ningún rastro de la niña pequeña.
Los padres, todos sus amigos y familiares buscaron hasta perder completamente la esperanza de encontrarla viva. Ya que era muy complicado que una niña de esa edad pudiera sobrevivir sola en un bosque. No tuvieron más hijos y toda la vida sintieron la culpa bajo sus hombros de haber enviado a la niña sola al bosque a buscar la fruta. Durante todo este tiempo, estos desgraciados padres solo se resignaron a llorar su ausencia.
El matrimonio quedó profundamente afectado, jamás volvieron a sentirse a gusto con ellos mismos, debido a la culpa que sentían. Nunca pudieron superar tan irreparable pérdida. Aunque nunca se descubrió el cuerpo de la pequeña ellos estaban casi seguros que la niña había fallecido. Todas las noches el matrimonio rezaba por el descanso eterno del alma de su querida pequeña.
Después de 50 años, una mañana vieron acercarse hacia su casa una figura. Al acercarse a la misma, pudieron ver que en realidad era su hija pequeña, desaparecida hace cincuenta años. La niña iba vestida con la misma ropa y tenía la misma apariencia que aquel dichoso día que desapareció. Los padres no podían creer tal acontecimiento, para la niña solamente había transcurrido un rato. El que había empleado en buscar las bayas que, además, traía en la cesta.
La niña estaba bastante asustada, para ella, esas dos personas que estaban en la casa no eran sus padres. No los reconocía, pero esto era porque sus cabellos eran canosos, sus cuerpos habían cambiado mucho y las arrugas se habían hecho presentes alrededor de sus ojos y frente. Tras un largo rato, la pequeña entendió que sí se trataba de sus padres.
La niña contó a sus padres que había salido a buscar las bayas tal y como ellos le habían encomendado. Y que volvió tras terminar con su tarea, ella decía que solamente había tardado unas pocas horas, pero en realidad habían pasado más de 50 años y la niña no solo había regresado, sino que su apariencia era idéntica a cuando se fue. Muchos vecinos insinuaron que podría tratarse de una impostora, pero esto no podía ser cierto.
La niña tenía la misma apariencia física a la hija desaparecida y portaba la misma ropa. Además conocía detalles e intimidades de su familia que nadie más podría conocer.
Esta es una de esas historias que se cuentan de boca en boca y se mantienen vivas por generaciones. No hay pruebas reales de lo que haya sucedido, sin embargo, el caso misterioso de una niña desaparecida que fue a buscar bayas al monte y volvió igual, con el mismo aspecto y la misma edad, después de cincuenta años, es uno de los mitos sostenidos en la historia de los casos policiales irresueltos y los mitos paranormales.

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